Reseña de Pájaros en la boca
Un hombre bajito, que atiende la barra de un bar sabiendo que en el trastero la muerte lo está esperando, unas mujeres vestidas de novia que confabulan en una carretera de noche, un trabajador honesto y loco, que cava un pozo como queriendo hurgar las raĂces de la tierra, la mirada extraviada de un niño que no recuerda el sabor del azĂşcar, un anciano que se deleita con juguetes y un perro que agoniza en el maletero de un coche sin saber que su sacrificio será inĂştil.Este es el mundo de Samanta Schweblin, un territorio peculiar, hecho de esperas y preguntas, donde el lector tiene su parte en la resoluciĂłn de los enigmas que plantea el cuento; un mundo que a veces nos recuerda a Kafka y otras nos lleva hasta Flannery OConnor, manteniendo siempre su propia identidad, y donde la escritura, sobria y eficaz, está al servicio de las historias que cuenta, sin un adjetivo de más o un verbo de menos. Si, como decĂa Italo Calvino, la buena literatura es aquella que acecha la vida usando las palabras adecuadas, aquĂ tenemos a una joven autora que conoce muy bien su oficio y con Pájaros en la boca abre una nueva puerta a la literatura de nuestro tiempo.