Todo habÃa comenzado unos segundos atrás. Todo habÃa comenzado cuando Peter y Brikall alzaron sus copas repletas de auténtico champaña francés y gritaron al unÃsono: ?¡Brindemos por nuestro buen amigo Lancaster! ¡Brindemos para que nuestra amistad vuelva a ser eterna! SÃ, todo habÃa comenzado exactamente entonces, cuando los dos hombres gritaron aquella frase. A partir de ese momento, todo fue tan rápido que Richard Lancaster lo recordaba como una pesadilla. Todo dependió entonces de la contracción de sus músculos y de la rapidez de su revólver. Mientras él alzaba la mano derecha con la copa, para brindar también, los dos hombres que estaban frente a él se habÃan movido. HabÃa movido cada uno la mano derecha.