Reseña de ¡Han vuelto los pistoleros! (2ª Ed.)
El hombre parpadeó y dijo: ?¿Quiere despedirse de él? Acababa de surgir la luna. Una claridad tétrica y lechosa dibujaba las sombras, alargaba las siluetas de los hombres hasta darles un raro aspecto de fantasmas. ?¿Despedirme? ¿Cómo? ?Puede darle un beso en la frente, acariciarle los cabellos o simplemente, estrecharle la mano. En el Oeste es costumbre hacerlo así, señorita. La mujer parpadeó a su vez. Sus ojos estaban fríos e inmóviles como globos de vidrio. ?¿Incluso con los que han muerto en la horca?