En esta primera parte de su historia completa del pueblo judÃo (la segunda es Guerras de los judÃos) Josefo hace una recopilación histórica completa del devenir del pueblo hebreo desde la creación del mundo hasta la época de Nerón. Divide su narración en veinte libros, cada uno de ellos estructurado en capÃtulos temáticos que cubren bien un perÃodo determinado o un hecho concreto:
Los diez primeros libros siguen el relato histórico del Antiguo Testamento. Van desde la creación del mundo, pasando por las épocas de los patriarcas, jueces, y reyes de Israel, hasta la caÃda y destrucción de Jerusalén, la cautividad de los judÃos en Babilonia, y la caÃda de Babilonia en manos de Medos y Persas. Aunque en este caso los acontecimientos que narra Josefo son bien conocidos a través del relato bÃblico, lo importante son los hechos y detalles que Josefo añade sacados de la tradición judÃa, y que no figuran en el texto de la Biblia. Cubre los años del 0 al 539 a. C. aprox.
El libro once abarca el perÃodo arranca en el primer año de Ciro y abarca desde reconstrucción del Templo en Jerusalén hasta a la época de Alejandro Magno. A partir de aquà el relato de Josefo se vuelve mucho más interesante y valioso desde el punto de vista histórico, en tanto que narra hechos y detalles de un perÃodo de la historia judÃa no registrados en el texto bÃblico. Años 540 a 329 a. C. aprox.
Los libros del doce al diecisiete van desde la muerte de Alejandro Magno, pasando por el perÃodo de los Macabeos y la conquista y dominación romana, hasta Censo de Quirino. Años 340 a. C. al 6 d. C. aprox.
Y finalmente, los libros del dieciocho al veinte, cubren la época de los emperadores romanos Tiberio, CalÃgula, Claudio y Nerón, de los tetrarcas Herodes y Filipo, del gobernador romano Poncio Pilatos, de Agripa y Festo. Son los más interesantes desde el punto de vista cristiano, puesto que son los que contienen propiamente el testimonio histórico de Josefo referente a Juan el Bautista, a Jesús, a los apóstoles y los orÃgenes del cristianismo. Veamos algunos ejemplos:
En el Libro XVIII, CapÃtulo 3.3, dice acerca de Jesús: Por aquel tiempo existió un hombre sabio, llamado Jesús, si es lÃcito llamarlo hombre, porque realizó grandes milagros y fue maestro de aquellos hombres que aceptan con placer la verdad. Atrajo a muchos judÃos y muchos gentiles. Era el Cristo. Delatado por los principales de los judÃos, Pilatos lo condenó a la crucifixión. Aquellos que antes lo habÃan amado no dejaron de hacerlo, porque se les apareció al tercer dÃa resucitado; los profetas habÃan anunciado éste y mil otros hechos maravillosos acerca de él. Desde entonces hasta la actualidad existe la agrupación de los cristianos. En el CapÃtulo 5.2 de ese mismo libro cuenta la historia y ejecución de Juan el Bautista: Algunos judÃos creyeron que el ejército de Herodes habÃa perecido por la ira de Dios, sufriendo el condigno castigo por haber muerto a Juan, llamado el Bautista. Herodes lo hizo matar, a pesar de ser un hombre justo que predicaba la práctica de la virtud, incitando a vivir con justicia mutua y con piedad hacia Dios, para asà poder recibir el bautismo fue encarcelado y enviado a la fortaleza de Maquero, de la que hemos hablado antes, y allà fue muerto.
Y en el Libro XX CapÃtulo 9.1, se menciona de nuevo a Jesús al relatar la muerte de Jacobo su hermano: Siendo Anán de este carácter, aprovechándose de la oportunidad, pues Festo habÃa fallecido y Albino todavÃa estaba en camino, reunió el sanedrÃn. Llamó a juicio al hermano de Jesús que se llamó Cristo, su nombre era Jacobo, y con él hizo comparecer a varios otros. Los acusó de ser infractores a la ley y los condenó a ser apedreados.
Aunque el llamado Testimonio Flaviano ha sido muy debatido y cuestionado por los crÃticos del cristianismo, alegando razones filológicas para afirmar que no era texto original de Josefo sino que fue introducido posteriormente, lo cierto es que figura en todos los códices o manuscritos que se conocen del texto de Josefo. Y las más recientes investigaciones filológicas al respecto hacen que cada vez sean más los eruditos que se suman a considerarlo como auténtico.
La antigua edición publicada en traducción del sacerdote valenciano Juan MartÃn Cordero (1531-1584), aunque era, sin duda, una obra magistral de traducción, debido a la antigüedad de su vocabulario y formas gramaticales, dificultaba mucho su lectura y comprensión a los lectores del Siglo XXI.
El valor especial y particular de la presente edición de Antigüedades de los JudÃos, aparte de ofrecer una versión Ãntegra del texto en un español actualizado, consiste en las extensas introducciones del Dr. Alfonso Ropero, destinadas a informar al lector sobre el valor y debate histórico de la obra y a explicarle de que manera estudiarla y sacar un mejor partido de la misma; en los centenares de notas explicativas y aclaratorias a pie de página; y de manera especial en el extenso Ãndice analÃtico de personajes, hechos y temas, incluido al final, que hacen de la misma una obra de referencia del más alto nivel.