Dos ámbitos de razones convierten a la CrÃtica del juicio en una obra actual y de lectura ineludible. El primero recoge razones fundamentalmente académicas. Por ejemplo, qué posición ocupa la noción de «juicio reflexivo» en el sistema filosófico kantiano. En las CrÃticas anteriores, Kant ha probado la posibilidad de los juicios sintéticos a priori para el conocimiento y la moralidad; ahora trata de probar la posibilidad de los juicios sintéticos a priori en la esfera del sentimiento. Esta clase de juicios reflexivos sólo intenta estimar los objetos según leyes de libertad y bajo criterio de fin. Por este camino la CrÃtica del juicio pretende ser un puente entre la CrÃtica de la Razón Pura y la CrÃtica de la Razón Práctica. El segundo tipo de razones que hacen estimulante la lectura de esta obra desbordan el campo académico, y hacen de la CrÃtica del juicio uno de los referentes teóricos más decisivos en todo aquello que se refiere a la discusión sobre los orÃgenes y diversos desarrollos de la modernidad. La facultad que capacita a los hombres para juzgar, descubierta por Kant en la primera parte de esta obra, y que no es otra que la ampliación de la forma de pensar como resultado de «cotejar el propio juicio con los juicios de los demás, no tanto con los juicios reales como con los meramente posibles, poniéndonos asà en el lugar de todos los otros», constituye todavÃa la principal referencia de una democracia normativa para este final de siglo.