Gaspar de Montenegro, el protagonista de la novela, es un alma en pena. No importan en él su fÃsico, ni su dinero, su aristocracia, su cultura, su solterÃa ni su atrevimiento vital. Importa en él su angustia espiritual ante la obsesión de la muerte.
Las tres novelas extensas de Emilia Pardo Bazán, escritas y publicadas en los albores del siglo XX ?La quimera (1905), La sirena negra (1908) y Dulce dueño (1911)?, delatan la impresión que levantaron en el espÃritu de su autora las teorÃas acerca del psicoanálisis que por entonces empezaban a sugestionar al mundo y que iban a transformar su obsesión literaria y vital a través de eminencias como Freud, Adler o Yung.