«Digámoslo con toda claridad: la necesidad sexual no es menos importante que la de comer o beber, y todas ellas deben satisfacerse sin impedimento alguno...
Cuanto más culto es un individuo, más capaz es de romper todos los frenos, por lo que el hombre culto es más propenso que el inculto a los placeres del libertinaje.»
Marqués de Sade