… Resulta muy duro para mí escribir esta carta y duro será también para ti leerla. Desgraciadamente, la noticia que va en esta carta no es buena. Y no se ha vuelto mejor por el hecho de que yo haya esperado diez días a decírtela. Ahora nuestra situación ha empeorado tanto que se ha incrementado el temor de que nuestras comunicaciones con el mundo exterior queden pronto absolutamente cortadas. Se nos aseguró hace poco, con toda certeza, que este correo aún saldría. Si yo supiera que todavía queda otra oportunidad, seguiría esperando, pero lo ignoro y bien o mal tengo que explicarme. Para mí, la guerra ha terminado.
Estoy hospitalizado en Gumrak y espero ser transportado a retaguardia en avión. Pero siendo mucha el ansia con que espero, la fecha de partida se aplaza una y otra vez. El hecho de que yo vuelva al hogar es una gran alegría para mí y para mi querida mujer, que eres tú. Pero el estado en que yo llegaré a casa no será ninguna alegría para ti. Me desespera profundamente pensar que compareceré ante ti mutilado. Debes saber de una vez que mis piernas me fueron arrancadas por un obús.