La barra de los tres golpes

Una vocecita muy suave susurró: “Marino”. La risa se contuvo con gran esfuerzo; nadie supo qué inspiró al autor d ela definición, que felizmente no alcanzó a percibir con claridad el Dr. Rozas; pero, con nerviosa curiosidad inquirió: “¿Que?¿Qué han dicho?".

Vázquez, con intención de reparar la falta se levantó y exclamó solemnemente elevando las

jerarquías: "Doctor, dicen que fue alférez de fragata".

Fuera de sí gritó el profesor: “¿Quién les ha dicho eso?", y a continuación insultó a los presentes y a sus antepasados, sin conmiseración alguna.

Hablaba con frecuencia de la infalibilidad de sus métodos de examen, tan eficaces que nadie podía copiar. Defendía sus calificaciones con amplias consideraciones: “Vean –decía – lo que es la personañlidad de las notas”. Y súpose tiempo después, que las clasificaciones las decidía un secretario que aún no había llegado a la pubertad.

 

 

 

III

 

 

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