Se puede apreciar que en 1969 no se había extinguido la raza de Prudhomme; habían conservado las mejores tradiciones. ¿Qué podía responder Michel a semejante discurso? Nada; calló entonces. Mientras, su tía y su primo aprobaban moviendo el cráneo.
-Sus vacaciones -continuó el banquero- comienzan esta mañana y terminan esta noche. Mañana deberá presentarse al jefe de la casa Casmodage y Cía. Puede marcharse.
El joven se retiró del despacho de su tío; las lágrimas le bloqueaban la vista; pero se repuso y se afirmó contra la desesperación.
"Sólo cuento con un día de libertad", se dijo. "Por lo menos lo voy a usar a mi modo; tengo algunas monedas; empezaremos por organizarnos una biblioteca con los grandes poetas y los autores ilustres del siglo pasado. Cada tarde me consolarán del tedio de la jornada".
Sobre algunos autores del siglo diecinueve y las dificultades para conseguirlos
Michel salió de inmediato a la calle y se encaminó a la Librería de los Cinco Lados del Mundo, inmenso galpón situado en la rue de la Paix y que dirigía un alto funcionario del Estado.