Juan Mitre ojeó de nuevo el anuncio. Realmente venÃa viéndolo todos los dÃas en letras muy grandes cuando abrÃa la prensa. El creÃa en el trabajo de equipo, puesto que dependÃa de uno como jefe del mismo. ?Roberto, ven un segundo. El aludido acudió a su despacho y vio a Juan con el dedo puesto en una página del periódico y en un lugar concreto de aquélla. ?¿Has oÃdo hablar alguna vez de estos abogados? Roberto se acercó y lanzó una mirada. Leyó en voz alta: «Despacho jurÃdico. Grupo de abogados especializados en divorcios y nulidades?» Roberto se echó a reÃr. ?¿Y por qué te va a ti eso ni te viene? Estás divorciado, ¿no? ?SÃ, claro. Pero mira? Y le mostró una carta. ?Puedes leerla ?añadió?. No es larga. ?Prefiero que me digas de qué se trata. ?Mildred se casa. ?Bueno? ¿y te duele eso? ?No, pero? Dunia, ¿qué?