Dustin Oliver, entusiasmado, desataba el cordón de la caja entretanto los ojos pardos de Jessi le contemplaban con asombro, dolor y extrañeza.
Dustin hablaba.
No es que fuese muy hablador, pero en aquel instante se dirÃa que la animación le obligaba a hablar sin cesar, lo cual producÃa en Jessi una especie de ahogo y amargura.
No.
No era asà como Jessi deseaba las cosas.