Recomendaciones de Libros y Biblioteca Online

    

Reseña de Tú me diste la felicidad

Carl Reilly lanzó una sarcástica mirada a través del ventanal. A pocos metros, de pie en la acera, se hallaba su amigo Thomas Blake, besando la mano de Amy Lacigny y saludando respetuosamente al muy opulento míster Lacigny. Carl vio cómo Thomas abría la portezuela del elegante automóvil, y cómo Amy, con una sonrisa que por sí sola era una invitación, se despedía de Thomas. Vio también que míster Lacigny se sentaba ante el volante y con su mano enguantada saludaba a su amigo. Carl sonrió. Allí tenía Thomas una buena oportunidad. Antes de sentarse nuevamente ante su mesa de trabajo, aún miró hacia la calzada.

Descargar Tú me diste la felicidad PDF

Obtener gratis libro Kindle para tu teléfonoVer ofertas en Amazon

Planetalibro Store