Hubo quien juzgó que acaso fuese el fruto de algunos amorÃos ocultos entre una linda mexicana y algún español o hispano californiano de los que habitaban en la baja California. Bien mirado, su temperamento distaba en parte del soñoliento y arrastrante de los mexicanos, pero esto era un misterio que él sólo sabrÃa o acaso él también lo ignoraba. Diego era duro para el trabajo, avispado, eficiente y quizá por esto mismo y porque su temperamento rimase bastante con el áspero y acometedor de su patrón, americano de pura cepa, Diego era considerado en el rancho y tratado de modo diferente al resto de los peones de su misma raza.