Es innegable que el hombre que busca a una mujer verde, el detective que, en lugar de entregar los maleantes a la policÃa, los convierte en personas decentes, el último hombre sobre la Tierra que oye llamar a su puerta, la rata que habla con acento alemán, etc., tienen todos un parecido: lo insólito.Estos relatos de Fredric Brown son todos ellos dignos de figurar en una antologÃa de cuentos de Anticipación. Después de haber leÃdo, por ejemplo, Pi en el cielo ?este rasgo de humorismo futurista que nos recuerda a Wodehouse? o Llamada ?este feliz hallazgo de describir todo el patetismo y la intriga de una situación en sólo dos lÃneas? o Ratón estelar ?en que lo fantástico se mezcla con lo cómico y lo sentimental en una armonÃa de una delicadeza exquisita? o Ven y enloquece ?donde se impresiona profundamente al lector con una obsesionante historia de gran fondo filosófico que nos recuerda a Edgar Poe?, el lector de Amo del espacio estará de acuerdo en que en muchas novelas de dimensiones corrientes, el autor no ha dado tanto de sà como en estos relatos.