Este delicioso Elogio de la bicicleta transcurre por tres etapas narrativas: el mito, la epopeya y la utopÃa. A pesar de que sus dimensiones mÃtica y heroica han sufrido algunos reveses derivados de su vinculación con el deporte profesional y el doping, la bicicleta ?impulsada por las nuevas polÃticas de la ciudad? regresa con fuerza a los escenarios urbanos y su imagen es objeto de un renovado entusiasmo popular, como atestiguan los ejemplos de ParÃs y Barcelona.La bicicleta encarna una bella utopÃa: una promesa de felicidad. Podemos soñar y proyectar a grandes rasgos una ciudad utópica del futuro en donde la bicicleta y el transporte público sean los únicos medios de desplazamiento. Incluso imaginar un planeta en el que las propuestas de los ciclistas dobleguen el poder polÃtico y en donde reinen la paz, la igualdad y el aire puro.Porque, en su humildad, la bicicleta nos enseña, ante todo, a estar en armonÃa con el tiempo y el espacio. Nos hace redescubrir el principio de realidad en un mundo invadido por la ficción y las imágenes. El ciclismo es un humanismo que abre con renacidos brÃos las puertas de la utopÃa y de un futuro más esperanzador: el sÃmbolo de un futuro ecológico para la ciudad del mañana y de un proyecto urbano que tal vez podrÃa reconciliar a la sociedad consigo misma.