Reseña de El último tirano
Jimmy Hondo, al llegar a lo alto de la ?Red Hill?, detuvo su caballo, cesó de tocar su guitarra y dirigió su asombrada mirada en dirección al ?Arroyo Amarillo?, que vertía sus aguas a pocas millas del nacimiento del río Grande. ?Si la vista no me engaña, ese tipo repulsivo es Ephrain Everett. ¿Qué diablos se le habrá perdido por aquí a esa alimaña? Y el que está con él es esa sabandija de Curt Baker. Siempre se ha dicho que a tal amo, tal criado? Pese a sus palabras, no era la presencia de los dos hombres lo que había llamado la atención de Jimmy. Y contra su normal forma de ser, el joven hizo marchar a su caballo al galope, metiéndolo por terreno blando para amortiguar en lo posible el ruido de la marcha y procurando permanecer oculto a las miradas de los dos hombres que había citado y a las de Vera Ellis, que se hallaba discutiendo con ellos.