Reseña de Llegó la violencia
Un tanto astrosa, cubierto de polvo y de sudor y cargado con la silla de un caballo. Ese hombre corría intentando subir al vagón que estaba ya en marcha. El joven, al ver que le resultaba bastante difícil subir con su carga a cuestas, se desembarazó de la silla arrojándola dentro del departamento, al tiempo que gritaba con voz estentórea: ?¡Cuidado! ¡Que ahí va eso! Cayó la silla en mitad del departamento, levantándose una verdadera polvareda. Tosió Wilson, y Thelma se apresuró a cubrirse el rostro con el velo que se había levantado.