Reseña de Sorteo mortal
LOS dos coches se detuvieron frente a la casa solitaria y sus conductores apagaron las luces. Luego, cinco o seis hombres se apearon, cruzaron un pequeño espacio ajardinado y se detuvieron ante la puerta.El edificio era más bien modesto y de una sola planta. La puerta se abrió por sí sola, dejando a la vista un amplio salón, agradablemente decorado, pero sin lujos de ninguna clase.Una voz sonó en alguna parte:?Entren y acomódense, caballeros. Espero me disculpen por no servirles bebidas, pero ya podrán desahogarse en otro momento. El alcohol resultaría inconveniente en esta reunión, como comprenderán muy pronto.