Bárbara salió de la guarderÃa con la niña de la mano y se dirigió al auto utilitario que se hallaba aparcado ante la alta verja del edificio. .
?¿Me vas a llevar al cine, mami? .
?No lo sé, Katty. Sube, cariño. .
?¿Atrás? ?preguntó la niña con mucho desparpajo. .
?No seas preguntona ?rió Betty, extendiendo los brazos y asiendo por los codos a la hija de su amiga?. Te llevaré yo, sentada en mis rodillas. .
?No quiero. .
?Pero, Katty? .
?No quiero, mami. No me voy a caer. Me gusta ir sola. Te aseguro que en la guarderÃa, la señorita Memba me pone al cuidado de tres niños pequeñitos. Bárbara lanzó una sarcástica mirada sobre su amiga Betty y luego abrió la portezuela de la parte de atrás. .
?Sube ?dijo como si le hablara a una mujer?. Creo que tienes razón. La niña (una preciosidad, morena, de cinco años) muy dignamente retiró la mano de Betty, que aún se hallaba extendida, y se deslizó en la parte de atrás como si fuese una mujercita. No se se