Reseña de Cuando mueras , lo sabrás
El Viajero disparĂł antes.Muy poco antes, la verdad. Pero lo suficiente para su pellejo. Lo suficiente para agujerear a tiempo la piel del otro.El Viajero no parecĂa tener ninguna oportunidad. Ni una sola. Al menos, es lo que daba la impresiĂłn, un momento antes. De haber sabido otros testigos que no estuvieran muertos ya, hubiesen apostado todo, incluso el cuello, en favor del hombre armado.Sin embargo, hubieran perdido. Porque el Viajero, contra todo pronĂłstico, se anticipĂł a su adversario.Y le bastĂł un solo disparo. Una sola presiĂłn en el gatillo del arma situada dentro de su cĂłnico sombrero «Stetson».Fue jugar con ventaja, naturalmente. El Viajero no tenĂa otra posibilidad de salir con vida de aquello. Y en la guerra, todos los ardides son válidos. Máxime, cuando la totalidad de la ventaja está del lado opuesto.