La pesada de «El. Cuervo» se alzaba a cosa de media milla del poblado de Pass, casi en las márgenes del RÃo Nueces en Texas. Era un edificio ya vetusto, de paredes medio agrietadas por la fiereza del sol texano y de construcción bastante empÃrica. Un cuadrilátero uniforme, puerta a la senda, otra posterior más pequeña a la corraliza y dos pisos con ventanas a la fachada principal y algunos en los costados para dar ventilación a las habitaciones. En la entrada, un porche de ladrillo se recubrÃa con algunas enredaderas y a la derecha habÃa un banco de madera ya carcomida, adosado a la pared. ServÃa para sentarse a tomar el sol los dÃas de primavera o soleados del invierno. El nombre de la posada obedecÃa al apodo con que era conocido su dueño. Alguien, no se sabÃa quién, le habÃa aplicado el alias de «El Cuervo», quizá porque tenÃa la piel casi negra y una nariz extraña que se parecÃa en cierto modo al pico de dicha ave.