Reseña de Cianuro para el asesino
Sheyla Mac Comby pulsó el timbre de la puerta. Se abrió la mirilla y tras ella vio unos ojos que la observaban con detenimiento.?¿Qué quiere? ?Oyó una voz ronca.?Hablar con Burk Campbell.?No conozco a ningún Burk Campbell.?Sé que el señor Campbell está aquí.?Oiga, hermana, vino con la dirección equivocada, Lárguese.?Si me marcho será peor para ustedes. Sé lo que es esto, un garito, y Burk Campbell está ahí dentro.