Continuación de El Papa del mar, en la que se da inicio a la historia amorosa que liga a Claudio Borja, un joven poeta valenciano, y Rosaura Salcedo, una rica dama argentina, esta novela en la que prosiguen sus avatares puede leerse perfectamente, sin embargo, como novela suelta. Si en la anterior era Claudio quien introducÃa la acción paralela narrando a Rosaura la historia del cismático Benedicto XIII, el Papa Luna, aquà es Baltasar Figueras, tÃo de Claudio, quien evoca vivamente el ascenso y apogeo de los Borgia en la Roma del siglo XV, una ciudad «postrada a los pies de Venus, divinidad despertada después de tantos siglos de sueño mortal».