?Éste es el bebé llorón, señor Allen, el muñeco más ingenioso producido por los geniales hermanos Bristol y Bristol, de la CompañÃa Bristol de JugueterÃa. Mientras decÃa eso, Nancy Cross le daba cuerda al muñeco que sostenÃa entre sus manos, un bebé que, al ser puesto en la mesa, quedó a gatas. Nancy soltó la mano y el infante dio cuatro pasos, se detuvo, levantó la cabeza y se puso a berrear. Tom Allen, gerente del Almacén Reynolds, atildado, guapo y oliendo a perfume, contrajo las comisuras de la boca al oÃr el berrido del muñeco. Era lo que le faltaba. Justamente, en el apartamento superior al suyo, vivÃa un matrimonio con diez hijos. Durante los últimos cinco años de su vida, él no habÃa oÃdo otra cosa en casa que berridos. Y ahora aquella joven se le presentaba con el Bebé Llorón.