El descubrimiento de una conspiración fraguada, tanto entre los comandantes cruzados como en los jerarcas musulmanes, para asesinar a Ricardo Corazón de León y Saladino, firmantes de un tratado de paz con el objeto de poner fin a las guerras de la Tercera Cruzada, motiva una celebración en la ciudad fortificada de Al-Arish a finales del año 1191. En ese mismo evento, el rey Ricardo es despedido por Saladino, pues se encuentra a pocos días de regresar a Inglaterra después de haber logrado la paz. Un cruzado escocés pinta un cuadro del Sultán, el Rey y los hombres que a cada uno acompañan, nueve en total, para inmortalizar ese momento histórico. Ochocientos años más tarde se intenta un golpe de Estado contra el Presidente de la URSS, e inclusive acabar con su vida. El inestable ambiente político que entonces se vive en la URSS, víspera de su desintegración a fines del año 1991, promueve el aparecimiento de ciertas mafias, una de las cuales ejecuta un cruento asalto con varios asesinatos, a fin de apoderarse de un cargamento de armas atómicas, para venderlas a grupos terroristas del Medio Oriente. Dos agentes secretos de la Agencia de Seguridad Nacional e Inteligencia de los Estados Unidos, son perseguidos por sospecharse que en su trabajo han cometido actos de espionaje. Con el propósito de limpiar su imagen y demostrar su honestidad, deciden emprender la búsqueda y rescate de las armas atómicas, sobre cuyo destino están parcialmente informados. El desarrollo de esta aventura, enredada en los conflictos de Oriente Medio, sustentados en intereses de facciones terroristas, recrea una conexión sutil y fantástica entre los acontecimientos de la Tercera Cruzada y los sucesos relacionados con el derrumbe de la Unión Soviética ocho siglos después.