Reseña de Cuatro granujas
Pearl Connelly se vio sorprendida cuando el tablero de la puerta del cuarto que ocupaba en la mĂsera posada de Tonopah, vibrĂł a la vigorosa llamada de alguien que golpeaba enĂ©rgico en la madera. DudĂł si abrir o no. Estaba muy cansada del viaje y dado que le habĂan dicho que no podrĂa tomar la diligencia para Golden hasta el dĂa siguiente, habĂase retirado a su dormitorio, dispuesta a aprovechar aquellas horas de intervalo para reponer sus fuerzas.