?La acompaño en el sentimiento, señorita Dove. ?Reciba usted mi completa adhesión ante la desgracia que la aflige? ?Henry Skelly era un gran hombre, señorita Dove. Es una pérdida irreparable. ?Su tÃo John fue compañero mÃo en la universidad, señorita Dove. Siempre tuvo afición por la quÃmica. Recuerdo que en una ocasión me pidió una libra para comprar algo que le faltaba en su laboratorio. Estoy seguro de que en el cielo continuará con sus experimentos? Myrna Dove siguió escuchando frases amables del medio centenar de personas, amigos Ãntimos de su tÃo Henry, que habÃan venido al funeral desde lugares muy distantes.